En nuestro amado estado de Veracruz, cabemos todos.
Hagamos todos, todo…Por un Veracruz Mejor para todos.
¿Estamos los periodistas a la altura de los retos…?
¿Habrá compromisos para combatir la corrupción en Veracruz?
“Nosotros, los otros y la historia” Lorenzo Meyer
¿Impulsarán los gobernantes el rescate del campo y los indígenas?
La corrupción no tiene siglas, la impunidad tampoco.
Por Reynaldo Castro Melgarejo
13 de abril de 2010
Un Aviso: Ya salió la Convocatoria para los interesados en participar para formar parte de la Plantilla de Entrenadores de las Selecciones Nacionales de la FEMEDESSIR…
Es innegable que la corrupción alcanza o ya domina, distintos sectores de la vida cotidiana.
Apenas el pasado 12 de abril, distintos medios nacionales, daban cuenta de las afirmaciones de que en México, la corrupción cuesta entre 7 y 9% del PIB. Principalmente por mordidas y sobornos; y que las empresas gastan el 10 por ciento de sus ingresos en este proceso. La misma cifra del 9% como costo de la corrupción en México, presento en mi Libro Transparencia en el origen y destino de los Recursos Públicos desde los Municipios, para consolidar la Gobernabilidad Democrática. Ed. Luciana 2001. Lamentablemente, todavía no son tomados en cuenta los porcentajes de su costo, ya pronto vendrán los porcentajes de las desgracias, que sin duda son mayores y tal vez nada manejables en pocos años.
Michael Petersen, director asociado del Foro Económico Mundial, dijo que el problema de corrupción es el segundo factor que ubica a México como el país más complicado para hacer negocios. En conferencia de prensa, luego de firmar una alianza contra la corrupción con la Iniciativa Privada mexicana, el especialista internacional indicó que es la ineficiencia de la burocracia gubernamental lo que obliga a las compañías a ser más propensas a caer en la corrupción a través de mordidas, sobornos y pagos de facilitación ante el temor de perder su negocio
Añadió que a nivel mundial se erogan mil 300 millones de dólares en sobornos, lo cual distorsiona los mercados, demerita la democracia y menoscaba la Ley, además de que es un mal que se ha convertido en el mayor obstáculo para el desarrollo económico; por lo que se necesitan soluciones colectivas.
Por su parte, el director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, Luis Fonserrada, señaló que en este proceso de corrupción se va entre el siete y el nueve por ciento del PIB y esto les genera a las empresas una erogación de hasta el 10 por ciento de sus ingresos.
Cabe señalar que dicha iniciativa de alianza busca que las empresas se comprometan a la adopción de una política de tolerancia cero con respecto al cohecho y el desarrollo de un programa efectivo interno para la implementación de dicha política.” Hasta aquí la nota de Rosalba Amescua de Radio 13.
¿Estamos los periodistas a la altura de los retos…?
En el medio periodístico, también se cuestiona con frecuencia la conducta de personajes de los medios y sus relaciones con personajes del Poder Político, económico, o Poderes fácticos en distintas regiones del país. Al respecto, la gente opina y expresa controvertidas opiniones en distintos medios y comentarios en espacios electrónicos de periódicos y revistas, que no merecen ser ignoradas; que al menos merecen ser leídas, guardadas para la reflexión y ¿porqué no? tratar de dimensionar los nuevos compromisos de los periodistas con el pueblo en general, con sus lectores y desde luego y primeramente con nuestro amado México.
En Veracruz, estamos inmersos en un proceso ya no solo electoral, sino de lucha por el Poder Político, con su consecuente Poder económico, que puede desbordarse y derivar en la violencia.
Veracruz, nuestro amado estado, su pueblo y su sociedad, son más grandes e importantes que nuestras posibles diferencias e intereses de grupo o personales, por el bien de todos, hagamos bien lo que a cada cual nos toca para servir mejor a nuestro amado estado, su pueblo y su sociedad.
En nuestro amado estado de Veracruz, cabemos todos.
Hagamos todos, todo…
Por un Veracruz Mejor para todos.
En el contexto de la responsabilidad de los medios de comunicación y sus representantes, para enfrentar los retos y estar a la altura de los mismos, que nos obligan a cuidar que no derive en violencia la lucha por el Poder político y económico y en contra de la corrupción para evitar que los recursos públicos sean administrados sin verdadera transparencia desde las campañas y luego desde el Poder. En este Gran Reto, cada quien deberá ubicarse y tomar conciencia de su propia responsabilidad.
La pluralidad de criterios, fortalece la unidad de nuestro gremio para exigir aclaraciones cuando sea necesario y cancelar especulaciones. O en los casos necesarios, exigir justicia.
De nada sirve a nuestra sociedad, una prensa que acepta el sometimiento a los caprichos de los poderosos del gobierno del momento del nivel federal, estatal o municipal, a cambio de inserciones y contratos de servicios, que por muy elevados o jugosos que sean, más temprano que tarde, la sociedad exige a periodistas y gobernantes, dignidad y respeto para tener una sociedad bien informada, sin complicidades entre prensa y gobierno.
Los acuerdos entre periodistas y representantes del gobierno en general, son parte del sistema; deben ser siempre relaciones institucionales que no deben cancelar la dignidad, la honradez, la honestidad y, la transparencia en las relaciones entre prensa y gobierno; que deben servir siempre a los intereses de la sociedad.
Menos debe ser motivo para cancelar el derecho a la libertad, a la vida y a la paz dentro de la sociedad, al que inevitablemente aspiran, quienes como periodistas le hayan servido a gobiernos anteriores a los actuales, ya sea en el nivel federal, estatal o municipal.
De nada sirve a nuestra sociedad una prensa vendida, que deja sin cuestionar o cierra los ojos ante las miles evidencias de que urge una mejor relación entre la sociedad y el gobierno, que sea transparente y conlleve a que el uso de los recursos públicos sea cada día totalmente transparente y sirvan para superar la miseria, la pobreza extrema, el desempleo, la inseguridad, la corrupción y la impunidad en todos los niveles del gobierno. Ese debe ser siempre el compromiso con la sociedad de los medios de comunicación y sus representantes.
En las acciones de solidaridad, de los periodistas con la sociedad en muchas ocasiones se arriesga la libertad, la vida y el patrimonio. Por eso en la prensa crítica, en el periodismo de investigación, en el periodismo de denuncia: en el periodismo sin adjetivos, que de verdad sirve a los intereses de la sociedad y cancela el afán de Poder desde una pluma, una tinta o una oficina ejecutiva de un medio de comunicación, se ofrece con sinceridad una búsqueda insaciable de la verdad.
En las acciones de Solidaridad de la sociedad con los periodistas, está siempre el espíritu limpio y honesto que exige y busca la verdad. La verdad que fortalezca la esperanza y el anhelo de su realización humana en su propio lugar de origen, o en su propio pueblo y estado, sin tener que emigrar desintegrando sus lazos familiares con mayores riesgos de perder la vida por buscar sobrevivir.
La lucha en contra de la corrupción, la ineficiencia, la ineficacia, en contra de la impunidad, de la cadena de complicidades, de los errores de los gobernantes, es una lucha a favor de la sociedad y su anhelo de tener mejores funcionarios y mejores gobernantes.
La buena relación en general entre la prensa y la sociedad, es un logro que se le ha arrancado a las esferas del Poder, con mucho valor y sacrificios. Lo cual ha derivado en una relación prensa-gobierno en muchos casos muy buena y en otros francamente lamentable. Es histórica la lucha de la sociedad, por tener una prensa escrita y ahora junto con la electrónica al servicio de los intereses de la sociedad en general, congruente con la honestidad en el manejo de la información y la verdad en la inserción de noticias y cometarios para que la sociedad viva mejor.
Es verdad, ejemplos de lo contrario existen y han existido en todo México, en todos lados, en todos los países; sobran ejemplos de que desde los medios de comunicación se asume la práctica del dejar hacer y dejar pasar las acciones de los gobernantes o funcionarios públicos que faltan a la honradez con que están obligados a prestar un servicio público; los resultados se revierten a veces en contra de los mismos periodistas vendidos y las más de las veces en contra de la sociedad, la cual nunca recupera los tiempos y recursos perdidos por permitir funcionarios corruptos, ineficientes, incapaces; proclives a la corrupción a la cadena de complicidades y a la impunidad.
Igual de reprobable es que haya periodistas aduladores, que obtienen su sustento y elevan sus ingresos basados en la adulación y creación de imágenes que no son congruentes con la acciones de dignidad y honradez, exigidas por la sociedad en el servicio público.
Hay aduladores y proclives a la venta de su silencio, de su omisión, de su complicidad en asuntos que lamentablemente dañan a la sociedad; o proclives a hacer alianzas para amasar fortuna y espacios de Poder que les reditúan beneficios con cargo a los recursos públicos ganados sin la acción del trabajo honrado; de la extorsión o del chantaje, esos casos lamentables, no defienden con verdadero compromiso, los intereses de la sociedad.
En la conciencia de cada quien, queda el lugar que ocupa en esta lucha intensa y diaria por respetar y mantener el respeto a la dignidad de los demás, con dignidad y honradez. En esta intensa lucha por servir a la sociedad, por encima de los intereses propios o de grupo político, económico, o extraviado en sus afanes de Poder, cada quien ante su conciencia, mejor que ante nadie, sabe el lugar que tiene y deberá saber valorar, si los medios para lograrlo merecen su propio reconocimiento de dignidad y honradez.
La lucha por la libertad de expresión, ha costado muchas vidas, libertades, ideas, palabras, argumentos, cuestionamientos, negaciones, afirmaciones, reacciones, represión, asesinatos, algunos aclarados, otros sin aclarar; desapariciones, amenazas, avisos, advertencias, señalamientos, desprecios, marginaciones; denuncias, mensajes, agresiones físicas directas a los periodistas “incómodos” o a sus familiares.
Siempre será reprobable cualquier agresión o intento de intimidar, venga del Poder o de la delincuencia en general en contra de los periodistas y/o de cualquier ser humano, que desempeñe cualquier actividad en la sociedad en general; así como de toda edad y genero.
En ese rechazo a los abusos desde el Poder, o a la deshumanización de la sociedad que se expresa en la preponderancia de la delincuencia sobre el Estado de Derecho, debemos estar unidos siempre todos, desde cualquier actividad en que desarrollemos nuestra vida diaria
El 5 de septiembre de 2002, el prestigiado editorialista e historiador, Lorenzo Meyer, en su “Agenda Ciudadana”, publicó en el periódico Reforma el siguiente texto que valoro de lectura histórico- reflexiva, sobre el gran problema de la corrupción y sus antecedentes, desde antes de la Colonia.
“Nosotros, los otros y la historia
La visión externa de lo esencialmente mexicano, el indio, va de lo condescendiente a lo abiertamente negativo, y siempre como un serio obstáculo al progreso.
Un tema antiguo
Transparencia Internacional (TI) acaba de hacer pública su evaluación anual sobre corrupción en el mundo. En esa materia, México saca 3.6 sobre 10 y el lugar 57 entre 102 naciones. La visión negativa de nuestro país a ojos del resto del mundo -y propios, también- es un problema que lleva ya cinco siglos.
En el origen, los maestros de Salamanca fijaron los estándares de excelencia, luego, los diplomáticos, viajeros, periodistas y académicos de los países centrales y, al final TI. Y sistemáticamente México ha resultado inferior a lo exigido.
Una humanidad diferente
El imperio encabezado por Carlos V marcó el cambio de los clásicos a los coloniales, al imperio planetario. Al extenderse la estructura imperial europea a América, la parte más lejana al centro se convirtió en zona secundaria, útil para extraer riquezas, pero inferior.
Lo rotundo del triunfo español sobre las grandes concentraciones demográficas de nativos americanos, inevitablemente fue asociado por los vencedores a una superioridad no sólo científica sino moral. Tras el hecho consumado vino la búsqueda de legitimidad. Entre 1540 y 1560, en la Universidad de Salamanca, se discutieron las bases de la dominación de las Indias.
Al despuntar el siglo XVI y desde La Sorbona, John Major sostuvo, usando a Aristóteles, que a los habitantes del Nuevo Mundo se les podía considerar "esclavos por naturaleza". Para Gonzalo Fernández de Oviedo "esta gente [los indios] de su natural es ociosa e viciosa, e de poco trabajo, e melancólicos e cobardes, viles e mal inclinados... tienen el entendimiento bestial". En opinión de Francisco López de Gómara, la azteca era una sociedad dominada por el demonio y José de Acosta definió a las civilizaciones americanas como la negación de la Ciudad de Dios y la encarnación de la Ciudad del Diablo. El resultado fue que la España cristiana estaba "obligada" a forzar sus valores a sangre y fuego sobre los indígenas.
La cristianización se convirtió en la razón moral del dominio español en América, pero antes fue necesario debatir más la naturaleza del cristianizado. El debate tuvo lugar a instancias del Emperador entre 1550 y 1551. Juan Ginés de Sepúlveda argumentó que los naturales de las Indias eran sólo "homúnculos", similares a los "monos", que sólo poseían "vestigios de humanidad"; fray Bartolomé de las Casas arguyó en contra y al final se impuso la idea de que los indios era parte de la humanidad, pero con un desarrollo moral inferior.
Pese a todo, en 1526 se inició un experimento que debilitó al supuesto oficial. En el Imperial Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco -un centro de estudios superiores franciscano- profesores de las universidades de París o Salamanca enseñaron con gran éxito a ciertos jóvenes de la nobleza india el Trivium y el Cuatrivium. Tlatelolco mostró que los indígenas sí podían asimilar y usar la educación más compleja de Europa, pero los que necesitaban mantener la idea de la inferioridad natural de los indígenas pusieron fin al experimento.
El fin del abrazo colonial
En la etapa final del periodo colonial en México, Alejandro de Humboldt, el observador externo más agudo e interesante del cierre del ciclo del colonialismo formal en México, dejó constancia de lo brutalmente injusto de la sociedad novohispana -la distancia entre la minoría rica y la mayoría paupérrima derivaba de la concepción de la inferioridad de los nativos. Y al ser testigo en las minas del enorme y continuo esfuerzo de los indios desechó la idea de su degeneración física. Si bien aceptó que eran "indolentes por carácter", también supuso que al no estar gobernados por sus propias leyes, no podían desplegar su "energía natural". La conclusión: "[e]n cuanto a las facultades morales de los indígenas mexicanos, es difícil darles su justo valor, si no se considera esta casta sino en el estado actual de envilecimiento en que la tiene una larga tiranía".
El fracaso
Las rebeliones de independencia fueron, en parte, una reacción de ciertas élites criollas a la discriminación y marginación. Un ejemplo se encuentra en los escritos del jesuita mexicano exiliado en Italia, Francisco Javier Clavijero, que defendió la calidad de lo americano frente a lo europeo. Tras la separación de España, los criollos y mestizos consideraron peligroso incluir a las masas indígenas en los asuntos políticos de la nueva nación y mantuvieron la idea de su inferioridad.
La independencia trajo, entre otras cosas, un gran número de relatos de viajeros europeos y norteamericanos sobre el país -la mejor colección y estudio de estos relatos se encuentra en José Iturriaga, Anecdotario de viajeros extranjeros en México. Siglos XVI-XX, (4 Vols).
No hay, desde luego, unanimidad en el juicio de viajeros, diplomáticos, colonos, invasores o inversores externos sobre México y los mexicanos. Sin embargo, y en términos generales, vieron y evaluaron a la nueva nación desde el supuesto de la superioridad europea o norteamericana. Desde luego, la propuesta de un "Destino Manifiesto" de los norteamericanos -la expansión y dominio de los norteamericanos sobre el antiguo imperio español en América por voluntad divina- resultó ser la expresión más acabada de ese sentido de superioridad.
La élite política y económica mexicana, y antes de que se consolidara como una oligarquía al final del siglo XIX, no fue aceptada como igual por los extranjeros imperiales y sí objeto de desdén, burla y dura crítica. En efecto, viajeros, inversores, soldados o diplomáticos tendieron a poner el acento en la mezcla de arrogancia con ignorancia de los mexicanos dominantes y, sobre todo, en su corrupción e incapacidad para la construcción de instituciones estables que apoyaran el progreso e impidieran las interminables y costosas luchas internas.
Tomemos un ejemplo cualquiera; a Désiré Charnay, un francés que entre 1857 y 1886 realizó cinco visitas a México. Para él, el mexicano se ha "[a]costumbrado a los cambios en materia de gobierno, el hecho consumado se vuelve ley; testigo celoso de fortunas escandalosas de algunos tratantes, falsificador desvergonzado de la moneda pública, la política lo pierde, la pereza lo corrompe y el juego lo deprava". La condesa Kolonitz, que arribó en 1864 acompañando a la emperatriz Carlota, llegó a conclusión similar: "guerras civiles, cadenas de engaños, de codicia y de avidez, habían precipitado [a la nación mexicana] en la más profunda corrupción; donde los habitantes habían perdido no solamente las virtudes morales sino hasta el concepto de las buenas costumbres y la honestidad".
La visión externa de lo esencialmente mexicano, el indio, va de lo condescendiente a lo abiertamente negativo, y siempre como un serio obstáculo al progreso. Esa imagen se acentuó con el correr del tiempo. Sin embargo, en un buen número de casos los observadores aceptaron que las condiciones y actitudes del indio no estaban en su naturaleza sino que eran producto de su sometimiento secular, pero se había llegado al punto en que se dudaba que, como comunidad, los indios pudieran ser rescatados. Así, Carl B. Heller, botánico austriaco que visitó México en vísperas de la guerra con Estados Unidos, mostró una genuina admiración por el indio histórico -el creador de ciudades como Teotihuacán o Uxmal-, pero sintió repulsión por los indios vivos: "un montoncillo de seres miserables, tanto que se preferiría alargar la mano al primer animal y no al último hombre". Para el cura Domenech, la mayoría indígena era ya simplemente "un amontonamiento de carne humana explotada, envilecida, sumisa, ignorante, supersticiosa, inerte e indiferente a todo, excepto a la lujuria, al juego y a la pereza".
Las posiciones de los diplomáticos son muy reveladoras, pues se les suponía observadores y evaluadores profesionales. Uno de los primeros y más célebres, Joel R. Poinsett -primer enviado de Estados Unidos-, advirtió que la ética de trabajo de los mexicanos de las clases populares era la opuesta a la que requería un país moderno, "si tienen la suerte de ganar algo más de lo necesario para su subsistencia durante el día, se van a la pulquería y allí bailan, parrandean y se embriagan", y concluyó: "ahí donde la naturaleza lo hace todo, el hombre se vuelve indolente [esto] es aplicable a este país y a este pueblo".
'Pax' porfírica
Para fines del siglo XIX, las visiones europeas y norteamericanas habían cambiado frente a un México en orden y que decidió facilitar las inversiones extranjeras. La opinión foránea dominante en torno a Díaz y a la clase dirigente mexicana tomó rasgos positivos. Un ejemplo: en 1902 el ministro español aseguró que el Presidente era "modelo de gobernantes, de patriotas, con su energía, con su aplicación constante, con el maravilloso equilibrio de su cerebro, ha conseguido lo que hasta él conseguir nadie pudo en los múltiples Estados Americanos de nuestro abolengo... ha inculcado en el ánimo de sus conciudadanos el respeto a la autoridad... [se le puede tomar] como tipo perfecto de Hombre de Estado". La estabilidad autoritaria suavizó la visión del indio. A ojos de los ingleses, por ejemplo, el indio apareció como un grupo "fuerte y viril" pero cortés y deferente -un "verdadero Chesterfield"-, y Juárez y Díaz eran la prueba de que los indígenas podían llegar a estar en un plano de igualdad con los europeos.
¡Va para atrás!
La caída del gobierno de Díaz fue una desagradable sorpresa para los intereses extranjeros en México. La idea de introducir la democracia política en un país "no blanco" fue vista con gran escepticismo. Hubo excepciones, y la más notable fue la del propio presidente norteamericano, Woodrow Wilson, que en 1913 aceptó intentar resolver "la cuestión mexicana" no por la vía de la dictadura militar sino de la democracia. Sin embargo, la opinión dominante fue bien ejemplificada por la escritora inglesa Ethel Tweedie. Para ella, el golpe militar de 1913 se justificaba porque el presidente Madero había intentado "conducir el caballo mexicano con la suave rienda de la teoría constitucional, en lugar de con el freno del autoritarismo salvaje con que la criatura había sido dominada".
Tras la caída de Huerta, la desconfianza y desprecio de los europeos por los mexicanos quedaron retratados en un despacho del 19 de agosto de 1914 del enviado español para negociar con los dirigentes constitucionalistas, Manuel Walls y Merino. El enviado describió así la situación mexicana: "Aquí no hay pueblo, ni opinión pública, ni ideas políticas, ni nada más que odios y desmedidas ambiciones de unos cuantos vividores que han arrastrado a un pueblo imbécil a una revolución sangrienta y destructora de la riqueza del país y de los prestigios de la Nación". Para el vicecónsul británico en Douglas, Arizona: "el elemento pensante en México es una proporción casi infinitesimal de su población" (27 de julio de 1918).
Los pocos juicios positivos sobre México, su pueblo y su revolución, provinieron de la izquierda, como los despachos de un joven periodista egresado de Harvard y que se integró al ejército villista en 1913: John Reed, quien en México insurgente legitimó con argumentos morales las razones del levantamiento popular.
Otro cambio de imagen
Tras la creación en 1929 del que terminaría por ser el PRI, México entró en una etapa de estabilidad política sin rival en el mundo periférico. Y aunque no fue una estabilidad democrática, el país se redimió a ojos de europeos y norteamericanos. A partir de los años treinta del siglo XX, la imagen que de México se difundió en Estados Unidos y Europa ya no corrió a cargo de viajeros sino de diplomáticos, corresponsales de los grandes diarios, algunos residentes en México, y de académicos. Es entonces cuando aparecen las obras de Ernest Gruening: "la administración de Calles era un paso adelante en la construcción de una conciencia nacional" y que quizá la reforma agraria haga pasar a México "de una nación de siervos en una de pequeños agricultores independientes". Frank Tannenbaum, Eyler Simpson y Marjorie Ruth Clark reforzaron esa visión.
La nueva inferioridad
La estabilidad, la pérdida de filo del nacionalismo mexicano y el horror nazi, mandaron al basurero de lo "políticamente incorrecto" los juicios basados en la inferioridad racial de indios y mestizos. Sin embargo, el viejo sentido de superioridad moral de las grandes potencias no desapareció, sólo se transformó. Y saltó del campo de lo racial al de las instituciones. Desde entonces México es medido en función de la distancia que le falta para construir un "Estado de Derecho" similar al de los estados dominantes.
Final
La mexicana es, finalmente, una sociedad que aún no controla la corrupción, ¡pero cómo molesta que durante cinco siglos la acusación haya ido acompañada de un estúpido sentido de superioridad imperial!” ” Hasta aquí el texto que nos ilustra.
Un Aviso: Ya salió la Convocatoria para los interesados en participar para formar parte de la Plantilla de Entrenadores de las Selecciones Nacionales de la FEMEDESSIR, en la Especialidad Deportiva de Tenis de Mesa. Asimismo, informan, que en breves días saldrá publicada la mencionada Convocatoria en la Página Web de la FEMEDESSIR. Si tienen alguna pregunta, por favor contacten al Profesor Sergio Durand Alcántara Director Técnico Internacional de la Federación Mexicana de Deportes Sobre Silla de Ruedas, en su correo: durandz@servidor.unam.mx.
¿Estamos los periodistas a la altura de los retos…?
¿Habrá compromisos para combatir la corrupción en Veracruz?
En nuestro amado estado de Veracruz, cabemos todos.
Hagamos todos, todo…
Por un Veracruz Mejor para todos.
VEREMOS…