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¿El Cambio Climático será factor de cambios estructurales en México?
¿A dónde nos iremos a vivir?

Reynaldo Castro Melgarejo



"En todas las decisiones que se van tomando, desde los municipios, los ejidos, los sindicatos, al interior de cada una de las organizaciones, tenemos que tener más participación y no dejar que otros nos representen simple y sencillamente porque recibieron un nombramiento" Cardenal Norberto Rivera.


Los Cambios en las estructuras del gobierno y la participación de la sociedad en la toma de decisiones son cada vez más urgentes, ante la seria amenaza de los cambios climáticos y principalmente por la enorme corrupción existente, la falta de capacidad de los gobiernos para atender con suficiencia y oportunidad las demandas crecientes de infraestructura urbana, de salud, justicia, vivienda, servicios y oportunidades para millones de personas que se verán obligadas a abandonar sus lugares de origen o donde habitan, para emigrar a lo más cercano o más lejano que esté a su alcance.


Los impactos ambientales por efectos del Cambio Climático, son temas de inevitable conversación en las mesas y sobremesas; en los diálogos entre personas de todos los niveles de preparación; al igual en los hogares, entre padres e hijos o hijas y de relevancia resulta que niñas y niños preguntan a sus abuelas, abuelos y familiares, si ... ¿De verdad subirá el agua en donde viven? y si ¿Tendrán que salirse de su casa para irse a vivir a otros lados? , la pregunta que en la inocencia y en la conciencia de millones de personas estará creciendo con constancia, sin importar niveles económicos y actividades productivas o improductivas es ¿Y a dónde nos iremos a vivir?


Algunos representantes de la iglesia católica, parece que apenas se dan cuenta de que la gente está cansada de la falta de honestidad de sus representantes en todos los niveles de participación, lo dicho por el Cardenal Rivera, ayer no es nada nuevo. Cuando el cardenal Norberto Rivera Carrera llamó a los mexicanos a participar más activamente en las decisiones que afectan al país, y no esperar a que sean otros quienes las tomen, pues en todo el mundo hay una tendencia hacia los sistemas de participación directa.


"En el mundo entero se está viviendo un momento privilegiado de transición, en donde los sistemas de representación están siendo fuertemente discutidos y cuestionados, y en donde se están proponiendo sistemas de participación directa", dijo en su homilía dominical.


El prelado católico consideró que la razón de este cambio es que la gente está cansada de ser representada por otros, y dejar que otros tomen las decisiones que a ellos les corresponden.


"Es un momento privilegiado para apreciar la estructura de la Iglesia, que no puede ser entendida ni como monarquía ni como democracia sino como comunión, una comunión que supone participación directa", explicó Rivera Carrera.


En entrevista al término de la homilía, el arzobispo primado de México precisó que, como parte de esta tendencia, han surgido numerosas organizaciones y asociaciones civiles que no se sienten representadas y quieren hacer oír su voz.


Consultado sobre si los mexicanos deben involucrarse en la toma de decisiones a través de pactos sociales, como los que han sido convocados por diversas organizaciones con motivo del alza a productos básicos, Rivera Carrera insistió en que deben hacerlo a través de la participación directa.


"En todas las decisiones que se van tomando, desde los municipios, los ejidos, los sindicatos, al interior de cada una de las organizaciones, tenemos que tener más participación y no dejar que otros nos representen simple y sencillamente porque recibieron un nombramiento", sostuvo el cardenal Norberto Rivera.


Una de las crisis que sufrirá la población y los gobiernos ineficientes enfrentarán en medio de la enorme corrupción, es la relacionada con la Migración Climática, que provocará millones de abandonos de viviendas, familias, pueblos y naciones en diferentes casos.


Otra crisis más es la de la infertilidad de la tierra por las crecientes sequías, la pérdida de tierras productivas por la elevación de los niveles del mar en las tierras litorales que hoy producen alimentos y la misma producción de alimentos del mar que ahora se obtienen con relativa facilidad y que se verán impactadas por el cambio climático.


La nota de Claudia Solera en el Excelsior de este lunes nos ilustra en distintos ámbitos sobre este fenómeno que ya está en plena vigencia y en muchos gobiernos estatales federales y municipales, ni siquiera tienen idea de sus consecuencias.


“Refugiados climáticos, la ola que viene
Los mexicanos que dejan el campo para ir a EU son los primeros signos del fenómeno que estamos por presenciar


Si la temperatura se incrementa cuatro grados en las siguientes décadas, como prevén científicos ambientales, sólo 15 por ciento del suelo mexicano será fértil para cultivar maíz, lo que significa que los productores nacionales tendrían dos terceras partes de tierra menos para cultivar y más razones para migrar a Estados Unidos en busca de oportunidades.


Los escenarios para la agricultura del país son catastróficos, según datos del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, ya que, en el cuadro más crítico de calentamiento global que plantea, sólo se podrá sembrar maíz en Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Campeche.


En este panorama, los campesinos enfrentan solos la batalla contra el cambio climático. En 1994, cuando las sequías y la caída en los precios golpearon el campo mexicano, “el gobierno en lugar de rescatarlo y dar apoyos agrícolas, prefirió solucionar la escasez alimentaria importando granos de Estados Unidos”, afirmó Cecilia Conde, investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera.


A partir de esta fecha no se ha logrado incrementar la producción del maíz y los costos por las sequías de 1998 y 2005 —los años más calurosos de la historia— ascendieron a 4 mil 800 millones de pesos, un poco menos de 10 por ciento del presupuesto que el gobierno le destinó en 2006 al rubro de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, según cifras del Instituto Nacional de Ecología.


Se van


Sin embargo, el problema no sólo se queda en el campo, porque una vez que los productores enfrentan condiciones ambientales adversas sin apoyo del gobierno, deciden abandonar las tierras y buscar nuevas oportunidades.


“No es casualidad que los principales estados expulsores de migrantes, tales como Zacatecas, Guanajuato y San Luis Potosí, sean los más golpeados por sequías y la escasez de agua, y no los estados más pobres, como Chiapas, Oaxaca y Guerrero”, dijo en entrevista con Excélsior Úrsula Oswald Spring, encargada de la primera cátedra de calentamiento global de la ONU.


La especialista sustentó esta teoría con datos de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que muestran que a menor soberanía alimentaria, mayor migración.


En la última década, 10 millones de mexicanos intentaron o lograron cruzar la frontera, revelan datos del Banco de México, y uno de cada tres mexicanos que están en Estados Unidos son nativos de Zacatecas, Guanajuato y San Luis Potosí.


Además del incremento de la migración, Úrsula Oswald también está preocupada por los mapas de emergencia nutricional de la FAO. Dichos documentos revelan que en los países con hambre se agudizan las inconformidades y levantamientos internos.


En este sentido, el panorama de Sudán puede convertirse en el futuro de México. En este país africano, a pesar de las inclemencias del tiempo, se descuidó la agricultura y el gobierno optó por seguir explotando sus tierras y acuíferos hasta que condenó a más de tres millones de personas a una hambruna severa. “Cada año, dos millones tienen que escapar de la miseria y la guerra”, afirmó Oswald.


Soberanía alimentaria


Paradójicamente, una acción para prevenir el calentamiento global también atenta contra el suministro de maíz en México: el etanol. El grano estaría en extinción si 85 por ciento del suelo del país no es apto para sembrarlo y si Estados Unidos cumple las promesas de George W. Bush de quintuplicar la producción de energía biomasa.


En los próximos 50 años se espera que el país vecino aumente 39 por ciento su demanda energética, mientras México depende “de voluntades ajenas” para producir 80 por ciento de las tortillas, afirmó Cecilia Conde.


“Nadie puede saber si al rato el gobierno norteamericano nos retire los siete millones de toneladas de maíz que nos envía al año, porque con los efectos del cambio climático ni siquiera alcance para alimentar a su población”, expuso la investigadora de la UNAM.


Para Úrsula Oswald, la seguridad alimentaria de una nación debe ser la prioridad de todo gobierno, porque cuando la confía a otro país, también le entregan las armas para que lo sometan políticamente.


“Sólo hay que ver la primera táctica que utilizó Estados Unidos para controlar Irak: bombardeó los suministros de agua y comida”, señaló la investigadora, quien recomendó a las autoridades mexicanas emplear los métodos que Japón y Rusia están utilizando para asegurar su soberanía alimentaria: subsidios en el campo.


“¿Qué hubiera pasado si el gobierno en lugar de invertir 70 mil millones de dólares en importar maíz, lo hubiera invertido en la agricultura?”, se pregunta Oswald.



Desequilibrios


La primera medida que debe tomar el gobierno en la agricultura, según Oswald, es enseñar a los campesinos a cultivar diversos productos, porque se espera que con el aumento de temperaturas en México se modifique la biodiversidad y algunas cosechas ya no sean adecuadas en ciertas regiones.


En Veracruz, por ejemplo, si aumenta la temperatura 1.5 —como prevé el Programa de la Organización de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA)— el café de altura que hoy es cosechado a 700 metros sobre el nivel del mar, en el futuro requerirá mínimo 900 metros.


Así que “lo peor que puede hacer el gobierno frente al cambio climático es aceptar un solo cultivo para todo y poner en riesgo las ganancias de los campesinos y provocar una tragedia como en la India”, aseguró Oswald Spring.



En la India, desde 1997, ha habido más de mil suicidios en la población rural. Los campesinos piden préstamos al banco para reducir la vulnerabilidad de sus cosechas frente al cambio climático, pero cuando esta medida es insuficiente y además de perder su producción están endeudados, deciden morir.


“El ex secretario de Agricultura, Javier Usabiaga, advirtió a los productores de maíz que sólo tenían cinco años para cambiar de actividad; sin embargo, nunca dio una sola alternativa económica para este sector”, denunció Cecilia Conde.


“Para mantener el mismo nivel de sus producciones a pesar del aumento de sequías y reducción del agua, los campesinos mexicanos han tenido que recurrir a las medidas más desesperadas, como extender el área de cultivos a zonas no aptas para sembrar maíz”, añadió.



Los mitos


De esta forma, si los programas de reconversión de siembra todavía no han funcionado en el campo mexicano y sólo se apuesta por el maíz, se debe a los vaivenes políticos y agrarios, y no al pretexto que ponen todos los gobiernos: “los campesinos son inflexibles a los cambios”, dijeron las investigadoras.


Cuando la doctora Conde trabajó con campesinos de Tlaxcala, zona donde estudiaba los impactos en la agricultura por cambio climático, atendió cultivos quemados por los fertilizantes que otorgaba Procampo. También observó cómo se perdieron extensas áreas de cosechas, porque los fondos que da el gobierno para atender a población rural afectada por problemas climatológicos llegaban dos meses después.


Y los seguros ya ni los menciona porque el gobierno pide a los campesinos escojan a su suerte el que más les convenga: lluvia o sequía, pero si el pronóstico del productor falló y un huracán arrasó con sus cosechas, en lugar de una sequía como decía el contrato, lo pierde todo.


En el Cuarto Informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, se muestra que la frecuencia de las tormentas devastadoras – como la que tuvo lugar la semana pasada en el Reino Unido – aumentará de forma dramática. Los niveles del mar subirán durante este siglo aproximadamente un metro; la nieve desaparecerá de todas las montañas, salvo de las más altas; los desiertos se extenderán; los océanos serán más ácidos, causando la destrucción de los corales; y las olas de calor serán mortales y usuales.


El impacto será catastrófico, forzando a cientos de millones de personas a abandonar sus devastadas tierras, especialmente en el trópico, en zonas bajo el nivel del mar, provocando oleadas de emigrantes que afectarán la economía de los países.


Lo que resulta realmente impresionante de este informe del IPCC es que este trabajo ha sido llevado a cabo por varios miles de expertos climáticos con puntos de vista diferentes sobre los efectos que tendrán los gases de efecto invernadero. Algunos piensan que habrá un impacto tremendo, otros que será mucho menor. Por ello, cada párrafo del informe fue debatido largamente hasta lograr un consenso. Sólo los puntos que se consideraron incuestionables se incluyeron en el informe. Según un experto climático del Reino Unido, el informe es un documento altamente cualificado - por eso que resulta más aterrador.


Las olas de emigrantes que llegarán a las rancherías o comunidades altas, a los municipios urbanos, ciudades medias y grandes, no solo serán del campo sino también de los litorales.



¿El Cambio Climático será factor de cambios estructurales en México?



¿A dónde nos iremos a vivir?



Veremos…















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